La situación actual producida por el COVID-19 nos hace sentir una serie de emociones de alta intensidad, incluso persistentes. Podemos sentir nerviosismo, no dejar de pensar en la enfermedad, tener dificultad para concentrarnos, presentar problemas para tener un sueño reparador, estar en constante estado de alerta y preocupación, notar un aumento de ritmo cardíaco, respiración, sudoración, temblores…
Son emociones naturales, comprensibles dada la situación que estamos viviendo, pero que hay que intentar gestionarlas de forma adecuada para no tener un problema de estrés o ansiedad. El Consejo General de la Psicología en España nos recomienda, a través de su revista INFOCOP, hacer un ejercicio de introspección, para darnos cuenta de cuál es nuestra situación emocional, y cuáles son las pautas y tareas de autocuidado que podemos llevar a cabo:
- Identificar cuáles son los pensamientos que pueden generar malestar, evitando focalizarse permanentemente en el tema.
- Reconocer las emociones y aceptarlas, tratando de mantenerse en una actitud optimista y objetiva.
- Cuestionar la información, buscar datos fiables en fuentes oficiales contrastadas por expertos: Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, Organismos Oficiales, OMS, etc.
- Informar al entorno y seres queridos de la situación personal de manera realista, apoyarse en familia y amigos.
- Evitar la sobreinformación, procurando hacer vida normal y rutinas habituales, junto con los hábitos adecuados de higiene y prevención.
- Contrastar la información a compartir, para no contribuir a viralizar bulos y noticias falsas.
Fuente: Revista INFOCOB del Consejo General de la Psicología en España